Cuanto más ambiciosos son los proyectos, más nos asombran. Lo mismo ocurre con los seres humanos: cuando nos impresionan, a menudo nos sentimos abrumados. El temor a no estar a la altura se apodera de nosotros, esperando el momento perfecto para dedicar el 100% de nuestras capacidades al proyecto, un momento que parece nunca llegar.
Es como el caso de un hombre profundamente enamorado de una mujer hermosa, pero incapaz de reunir el coraje para hablarle. Del mismo modo, dejamos que nuestros proyectos se nos escapen de las manos, permitiendo que otros menos capacitados los asuman.
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Sin embargo, hay una solución radical para lidiar con los proyectos que nos intimidan: cortarlos en trozos pequeños. Por ejemplo, si deseas comenzar un canal de YouTube, cada pieza del proyecto puede ser un video corto filmado en apenas dos horas. Si te comprometes a hacer esto cada semana, terminarás con 52 videos publicados al final del año. Esta división hace que el desafío sea mucho menos abrumador.
Personalmente, he aplicado este enfoque para publicar más de 170 videos en YouTube y escribir más de 300 correos electrónicos. Nunca me he detenido a pensar: "¿Estoy listo para crear 170 videos?" o "¿Puedo escribir 300 correos electrónicos?". En lugar de eso, me concentré en la tarea del día, paso a paso, sin sentirme intimidado por la magnitud del proyecto.
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Este método ha demostrado ser altamente efectivo para mí, ya que la mayoría de mis proyectos se completan en menos de un día. Entiendo que mientras más pequeño sea el proyecto, menos probable es que me rinda en el camino. Además, sé que al completar estos pequeños proyectos de forma constante, eventualmente construiré algo grande.
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